Cuando pensamos en crear un videojuego solemos dedicar grandes esquemas a las mecánicas y la trama, y dejamos al personaje en un páramo inhóspito y abandonado hasta que comenzamos a diseñar el escenario.
Tener un buen personaje puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso de nuestro videojuego. Y es una realidad ¿Qué personajes de series, películas o novelas no recuerdas de vez en cuando? Alguna frase célebre, gestos, costumbres… Por ejemplo, la saga de “Piratas del Caribe” reposa en los hombros del… ¡Capitán Jack Sparrow! (Probablemente lo hayas leído imitando su voz).
En Algorithmics queremos que nuestro alumnado tenga una visión más amplia de todo aquello que estudia. Como, por ejemplo, que entienda cómo funciona el videojuego una vez se pasa de las líneas de código y de las mecánicas, y que sepa analizar el por qué un título le ha gustado, aburrido o dejado indiferente. Es trabajar su pasión junto a su lado crítico.
Carisma y Diseño.
La primera decisión que tenemos que tomar es si queremos un protagonista o antagonista. El tipo de personaje que escojamos puede llevarnos a lugares muy diferentes.
Una vez nos hayamos decantado por una opción, tenemos que trabajar en varias muchas facetas suyas. Para agilizar el proceso, te aconsejamos hacer una guía con varias preguntas que tienes que saber responder sobre tu personaje. Además, puedes escribir su backstory o trasfondo, es decir, su historia previa hasta el punto de los acontecimientos que vamos a mostrar en el juego.
¡El diseño del personaje también es muy importante! Y más cuando estamos en un formato visual como lo es el videojuego. Antes de perseguir un acabado estético, tenemos que pensar en la identificación y conexión emocional del jugador: van a pasar varias horas juntos o juntas ¡Mejor que se lleven bien!
Una cosa lleva a la otra.
Está bien que antes de empezar a desarrollar las mecánicas y el guion tengamos una estructura definida (Un grupo de héroes se reúnen y vencen al villano), pero cuando tenemos unos personajes tan definidos, ellos mismos nos van a construir la historia, por lo que muchas veces es mejor plantear situaciones y dejar que ellos actúen en vez de imponerles eventos.
Si pensamos en una situación ficticia y, casi de forma automática, imaginamos a nuestros personajes actuar ¡Hemos hecho un gran trabajo!
El arquetipo del Viaje del Héroe ha sido explorado en innumerables ocasiones, pero es la singularidad de los personajes lo que transforma una historia aparentemente trillada en una experiencia fresca y emocionante.
Joker es un gran ejemplo de lo que es capaz de conseguir un buen personaje. No solo empezó como antagonista y secundario, sino que fue llevado del cómic a la gran pantalla y cuenta con una película que cuenta su backstory.
Además, tiene una gran legión de fans que rivaliza con la de su enemigo, Batman.
Un gran trabajo merece pervivir.
Si basamos nuestro juego en las mecánicas o en la historia y queremos hacer una segunda entrega podemos llegar a cansar a nuestros jugadores. Nadie compraría el Tetris 12 si consiste en apilar más bloques. Pero si tenemos un personaje interesante y carismático podemos someterlo a nuevos retos, nuevos enemigos, nuevos aliados y otras situaciones, y él o ella, por su carisma, va a lograr atraer al público.
¡Pero no solo nos quedaremos en los videojuegos! Un personaje con fuerza puede protagonizar una novela o una película: puede volverse transmedia y volar más allá.
Una noticia de Algorithmics.